Tengo 13 años de ser mamá, no es fácil, ni lo será, que dura responsabilidad, es un compromiso para toda la vida. La crianza y el acompañamiento a otro ser humano con sus propias emociones, pensamientos y propósito en este mundo es complejo, más aún si eres una mujer con diferentes roles hija, madre, amiga, profesional, trabajadora, combinar esas actividades y encontrar un equilibrio es un reto y si tienes a la sociedad que cada día te hace recordar los estereotipos de ser mujer y te juzgan siempre, si eres una buena madre o no. En esta pandemia tome consciencia de lo que realmente era lo más importante para mi vida y la vida de mí hijo, uno de los aspectos que me llevó a reflexionar sobre el ser mamá fue ¿qué calidad de presencia le estoy dando a mí hijo?
Encontré a una autora que me sacó de mi estado de confort como madre, de eso que creía que hacía bien, no era tan saludable para mí y mi hijo. Ella es Yvonne Laborda, su libro “Dar la voz al niño”, que lo recomiendo si eres un padre que quiere cambiar los estereotipos de la crianza tradicional. Ella habla de otro tipo de crianza, la crianza consciente. En su libro aborda los cuatro pilares de este tipo de crianza, dentro de los cuales el que más me llamó la atención es la PRESENCIA. Y me hice la pregunta ¿qué significa estar presentes con nuestros hijos y tener una buena conexión emocional con ellos? puede parecer en un principio fácil, yo estoy en casa, trabajo allí, cocino, le doy las comodidades a mí hijo, le ayudo con sus tareas, vemos películas, leemos etc.
No obstante, la presencia va más allá de eso que pensaba era lo que estaba haciendo. Muchos de los problemas y conflictos que tenemos con nuestros hijos pequeños o adolescentes son precisamente por esa falta de conexión y presencia. Todo eso que me creía que estaba bien en mí realidad como mamá no significaba relacionarme y conectarme con mi hijo, esto es un compromiso de todos los días, no es fácil, pero se avanza poco a poco.
Y que realmente propone esta autora, para ella dar presencia no es lo mismo que hacernos compañía, estar presentes es realmente estar por y para ellos:
- Dar presencia es estar con los 5 sentidos.
- Dar presencia es estar por elección y no por obligación.
- Dar presencia es dejarlo todo por unos minutos.
- Dar presencia es desear compartir con nuestros hijos.
- Dar presencia es AMOR.
Ahora te pregunto, ¿estás dispuesto a brindar una real presencia a tus hijos?, o sigue siendo complejo. Qué sucede con las familias, dónde los padres nunca tienen tiempo de calidad para sus hijos, o las familias que solo un integrante se encarga de la crianza de los hijos, en muchos casos la madre dice: ¿cómo puedo dar real presencia si no tengo tiempo para mí?, no me siento en equilibrio, menos me amo, nadie da lo que no tiene.
Según Laborda, el no estar presentes en la vida de nuestros hijos puede ocasionar serios problemas emocionales, de comportamiento y actitud que afectará nuestra vida futura:
- Perdemos autoestima
- Nos volvemos inseguros
- Sentimos miedos
- Nos sentimos incapaces
- Nos sentimos no merecedoras
- Dependemos emocionalmente de los demás (mamá, pareja…)
- Nos importará mucho el qué dirán
- Nos costará tomar nuestras propias decisiones
- Sentiremos que no valemos lo suficiente
- Pensaremos que no merecemos ser amados
Te imaginas a tu hijo con estos conflictos emocionales educando a tus nietos, todo porque no supimos valorar el tiempo con ellos.
Lo primero que tienes que hacer es cultivarte primero tú como persona, si no recibiste la presencia de tus padres y hoy te toca sanar. En esta decisión es importante aprender diferentes técnicas que nos ayuden personalmente, la que te recomendamos es una técnica que nos ayuda a aprender a estar presentes con nosotros mismos, se llama mindfulness en ella se practica la atención plena con nuestro ser, conocer nuestras emociones y pensamientos, especialmente poner nuestra presencia y atención en cada momento de nuestra vida. Aquí te decimos que es la atención plena: (SALUD, 2020).
- Es estar completamente presente, consciente de en dónde estamos sin reaccionar excesivamente o abrumarnos por lo que está pasando a nuestro alrededor.
- Es la búsqueda de un aprendizaje de cada una de las experiencias que llegan a nuestras vidas.
- Se basa en la idea de una conciencia plena.
- Es ser consciente de cada una nuestras sensaciones, pensamientos, sentimientos, que vivimos en el presente, y nada más en el presente.
- Es aprender a aceptar las situaciones que nos ocurren y nuestras experiencias tal y como las vivimos sin querer cambiar nada de ellas.
- Es ante todo vivir la vida con una actitud de bondad y amabilidad, aprendiendo a apreciar lo que vivimos y aceptar las circunstancias que nos rodean.
Si desarrollas la atención plena podrás realmente tener presencia con tus hijos, disfrutar del momento y recordarlo para siempre, además de generar una conexión de amor y confianza con ellos.
Nuestra presencia es su alimento emocional y lo que les confirma a nuestros hijos que:
- Yo valgo
- Yo importo
- Yo merezco
Mamá o papá estan conmigo porque quieren disfrutar de mi presencia. Que valiosa esta frase, nuestros hijos aprenderán a no tener relaciones tóxicas de apego, sino de disfrute de relaciones sanas y valiosas.
Tú eliges que es lo más importante en tu vida, en mi historia es mí hijo, quiero ser partícipe en su formación en valores para que contribuya a una sociedad más amable y armoniosa.
Desde nuestro programa para padres a través de talleres, acompañamientos te enseñaremos a tener una real presencia contigo mismo, tus hijos, pareja, amigos, familia.
Puedes contactar con nosotros en el siguiente enlace o pinchando en la imagen de abajo, para hacernos todas las preguntas que desees.
Docente por vocación y pasión, magister en acreditación y certificación de la calidad facilitadora y capacitadora pedagógica en instituciones educativas.